20180605 - Se suspendió el partido entre la AFA - Selección Argentina e Israel
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#Reflexiones Gano Argentina y seguro tu garganta sintió el desahogo. Ese que venís cargando desde hace rato con amarguras. No solo por el fútbol. Hay Equipo. Es la presión que cae sobre todos y -le sumamos- que las cosas no salen.

Y a ello, le agregamos que nuestra selección de fútbol nos complica por la mala suerte. No la falta de juego como se han cansado de hablar. El gol de Willy Caballero es un gol que te saca de partido. Eso no quita que juegues bien.

Y a ello, le sumas que vas al supermercado y no podes comprar ni la mitad de las cosas que comprabas, porque todo vale el doble; pero tu sueldo no sube según lo necesario. Te suben los servicios. Te hablan de «esta vez es en serio» y cada día cuesta más vivir. A nosotros, ellos cada día viven mejor. Y de hablan de seriedad.

Serio es lo que salió a jugar Messi. Es lo de Armani. Lo de Mascherano dando la vida por la camiseta. Por nuestros colores. En su lugar. En su función. Jugando para Argentina.

Poco serio es el partido que salieron a jugar con el FMI entregándole la defensa, el mediocampo y ataque en menos de tres años de gestión. «Pero es otro FMI, hay que aguantar», «tenes que hacer un esfuerzo» mientras el presidente duerme con «aire acondicionado hasta en invierno».

Ya se que la analogía, quizás, no te suena del todo indicada, pero en Argentina el fútbol es una cuestión de Estado; por ello, es imposible no trasladarlo.

La diferencia es que acá lo que se juega es el futuro de los argentinos durante los próximos 100 años. Los jugadores de Sampaoli juegan un partido, en un deporte que amamos, pero que no determinará más que anímicamente tu vida.

Por eso esta nota. Estas palabras, porque lo que nos da el suspiro con Nigeria es la sensación de saber que hay esperanza. Que hay que jugar en equipo, que hay que tirar para el mismo lado, que hay que ser argentin@s.
Nos dan verdadera felicidad en tiempos donde dibujaron la felicidad pero la incautaron y se la regalaron a unos pocos. Hoy Messi nos volvió a enseñar lo que es ser argentinos: tenemos que ser felices todos. No unos pocos.

Messi y Rojo nos devolvieron la felicidad que nos quitaron cercando las plazas en las fiestas patrias, quitándole importancia a nuestro próceres.
Porque somos así, argentinos. Ciclotímicos, pasionales. Pero que deseamos y merecemos realmente ser feliz. Y eso me da la selección: una lección para que abramos la cabeza, otra vez.

Por eso, gracias. Gracias por devolvernos un poco de esa alegría que nos robaron durante los últimos 1000 días. Esa que trasladaron a unos pocos.
Gracias por dárnosla a todos. Aunque sea por un momento. Gracias por hacerme sentir que Hay esperanza, que podemos salir adelante, que Hay un equipo. Que somos Argentina.

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