La llegada de Mauricio Macri a la presidencia significo la entrega de un cheque en blanco que tuvo un alto costo para la Nación en el presente y en el futuro.

Una de las primeras cosas para construir una Nación de cimientos firmes, es la toma de conciencia social. Es decir, que los ciudadanos participen. Tomen consciencia de lo que sucede en la sociedad. Básicamente, es prestar atención a lo que pasa. Entiendo que muchos dicen: «estoy ocupado todo el día».

No sos el único, ni la única. Pero uno puede estar ocupado prestando atención. Cuando un gobierno hace las cosas bien, hay que prestar atención para que eso siga. Cuando un gobierno hace las cosas mal, empezas a prestar atención a la fuerza porque no te alcanza «el mango». Es decir, te obliga a pensar. A involucrarte.

En el año 2015, después de jugar incluso una final del mundo en Brasil y haber realizado el acto de bulling más atroz de la historia de este siglo. Sin embargo, algo había: un intento de unión. Algo que el fútbol logro, pero también lo lograron los festejos del bicentenario en el año 2010.

Veníamos con una buena racha como se dice en el barrio. Pero «Pasaron cosas». Primero, las falsas y descaradas de un presidente que antes de asumir, sentó un perro en el sillón presidencial. Balcarce, ¿se acuerda?. Políticamente avisó a que venía. Desde el sentido común se incentivo el odio de manera siniestra. El odio divide, siempre. Y un pueblo desunido, es al que le pasa lo que le paso a la Argentina en solo cuatro años.

Quizás no haga falta enumerarlas. Si gusta las encontrará en este portal, pero si hay que resaltar una -que parece que era su objetivo principal-: volvimos al fondoR646" crossorigin="anonymous">67172262249646" crossorigin="anonymous">30;volvimos al Fondo.

La esperanza de creer es lo que hace que mucha gente se esforzó notablemente durante el macrismo. Pero fue la gente, no sus funcionarios… les mintieron descaradamente. Desmantelaron la Salud, la Educación, duplicaron los planes sociales y -aún así- conquistaron 1.400.000 pobres nuevos en menos de cuatro años.

¡Y la gente! Peleándose entre si. Hablando todo el tiempo de lo que ponían en agenda. Todo era un River – Boca. Como la final de la Libertadores en Madrid, España. ¡Faaa! Pensas un poco y te decís: – ¡Qué simbólico!

No solo pidieron disculpas por independizarnos, sino que les llevaron el partido -más importante de la historia de latinoamerica- a sus propias tierras. Y Balcarce. Se sentó en el sillón. Pobre el verdadero Balcarce. El que nombra las calles, la historia le mezclará.

El cheque en blanco a Macri se lo dieron l@s argentin@s. Permitiendo cosas que el gobierno anterior hubiese sido condenado automáticamente. No sentenciado, fijesé la palabra: condenado.

Es hora que nos dejen de tomar por idiotas. El kilo de queso para rallar no puede costar $1000.

¿Sabés que es lo peor de todo? Ahora van a pedir otro préstamo al FMI para tapar la realidad hasta octubre. Ponerle parches. Pero no tienen ni nunca tuvieron un objetivo claro. Un modelo de país.

No se puede vivir de prestado nos dicen sobre las tarifas de gas, pero toman prestamos de cifras astronómicas solamente para pagar los intereses de la deuda que ellos mismos tomaron. ¡Una locura!

En octubre le propongo algo, dejemos de las necedades, los rencores y los enojos. Desagrietemos la grieta. ¿Y si cambiamos el cambio?

Foto: Prawny

APORTAR en GVT Noticias