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La devaluación del peso argentino es incuestionable. Ahora bien, ¿Cuándo inicio? la salida de circulación de dos billetes marcaron las «Crónicas de una devaluación anunciada».

El 1 de mayo de 2018, salió de circulación el 646" crossorigin="anonymous">67172262249646" crossorigin="anonymous">30/el-metodo-sutil-que-uso-el-macrismo-para-devaluar-la-economia-sutil-ponele/" target="_blank" rel="noreferrer noopener">billete de dos pesos. En dicho momento, tenía un valor de USD 0,39 centavos. O casualidad, ese año completo fue considerado como el año «de una devaluación histórica, la mayor en 16 años» (Infobae).

Poco tiempo después, sacan de circulación el billete de 5 pesos. Más precisamente a partir del 29 de febrero de 2019 era su fecha límite, pero la extendieron. Para esa fecha, el dólar ya cotizaba en $39,90. Es decir, el billete de 5 pesos tenía un valor de USD 0,29 centavos.

¿Por qué hago este análisis sobre dos billetes? porque estoy convencido que esta corrida bancaria ya estaba planificada. Como lo estuvo la fuga de capitales. La idea de un dólar a USD 181 ya estaba sobre la marcha. Eliminando los dos billetes de menor denominación comenzaron lo que se llama la «devaluación psicológica».

Es decir, nos estaban preparando para lo que se venía. Siempre pensando que ellos iban a gobernar y con dólares del 47-del-total-de-la-deuda-mundial-con-el-fmi/" target="_blank" rel="noreferrer noopener">FMI (de un nuevo préstamo que este año iban a tomar, seguramente). En el medio, perdieron las elecciones por un desastroso gobierno que demasiado poco dejo para resaltar. Incluso me cuesta encontrar una arista buena. Y «oh casualidad», ese año estuvo lleno de corridas bancarias tras la derrota electoral del gobierno saliente (BAE).

La devaluación ya estaba en marcha. Además de ser una excelente manera de condicionar al gobierno entrante. No estoy diciendo que no se hayan tomado malas decisiones este año, el contexto de saturación general complica hacer un análisis completo.

Lo que digo es que las condiciones estaban dadas, planificadas para que en abril o mayo de 2020 se disparara todo. Cuando Duhalde hablaba de un posible golpe, no estaba delirando. Es más, puso sobre el tapete algo que todavía puede pasar. Sin embargo, hubo una pandemia en el medio. Aún la hay. La emisión fue extraordinaria pero no fue solo en Argentina, fue un fenómeno mundial que aún continúa…si no vea los prestamos monumentales que la Unión Europea está distribuyendo para el presupuesto 2021 de sus naciones (Telam).

Quizás por eso se demoró. Pero ya estaba todo armado. Después de cuatro años de «dólares de ficción» (o «neoconvertibilidad» como me gusta decirle), con un Banco Central sin reservas, las exportaciones paralizadas. No nos olvidemos que «el campo» no le liquido divisas a Cristina, tampoco se las liquidó a Macri y no planea liquidarlas con Fernández hasta que el dólar no este «competitivo».

Es decir, parece que es un sector que, en medio de una pandemia, de nuevo responde con los mecanismo que nos tiene acostumbrados. En el medio estas vos, yo y «losostr@s». A pesar de ello, el contexto mundial nos ayuda en alguna manera. Habrá que ver como se dibuja esta historia frente a las crónicas de una devaluación anunciada

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