bandera de PeruFoto de PixaBay

Guillermo Donicelli nos comenta desde Perú como estuvo el debate presidencial en el país andino. Las elecciones se dan luego de un largo periodo de inestabilidad y graves casos de corrupción política. El debate se trasladó al interior del país.

Si hay algo que abunda en el país andino es la descreencia en la clase política. Tras la renuncia de Kuczynski, entre 2018 y 2020, se sucedieron cuatro presidencias y la inestabilidad como moneda de cambio.

BALLOTAGE EN CONTEXTO

El centro del grupo de Lima viene de un largo de periodo inestabilidad política producto de la corrupción. Todo comenzó con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski (201646" crossorigin="anonymous">6-2018) quien era investigado por el caso Odebrecht. Fue detenido el 10 de abril del 2019. Ello terminaría con el suicidio del ex-presidente 3%ADa">Alan García.

Luego continúo con la renuncia de Martín Vizcarra (2018-2020) también investigado por casos de corrupción. También renunció Manuel Merino (10 noviembre de 2020 – 15 noviembre de 2020), bajo investigación preliminar por los delitos de abuso de autoridad e intento de homicidio contra Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan Pintado Sánchez.

En la actualidad, Francisco Sagasti es presidente transicional. En ese contexto, Perú llega a un debate presidencial por Ballotage entre Castillo y Keiko Fujimori (nieta del dictador) tras un ajustado resultado en primera vuelta.

Desde Perú, Guillermo Donicelli, nos hace un análisis del debate presidencial llevado a cabo en Chota, en el interior del Perú.

PERÚ: UN DEBATE PRESIDENCIAL EN LA CHOTA (Por Guillermo Donicelli)

Estuvo entretenido. Se pareció más a una pelea de gallos de raperos que a un debate clásico, ya que no era el debate formal organizado por el Jurado Nacional de Elecciones (al cual Castillo se negó porque está hecho por la derecha enquistada desde hace 30 años).

En general, Castillo estuvo más bien flojo, ya que su discurso estaba un poco enredado y a veces no cerraba bien las ideas, sin embargo, Keiko salió perdiendo bastante, no tanto por las virtudes de Castillo, sino por cometer varias veces el error de señalar, como quejándose, el haber tenido que salir de Lima e irse hasta Chota.

Dijo 5 veces «he tenido que venir hasta aca», con lo que demostró que no le gusta la Chota. Sobre gustos, no voy a juzgar, pero eso le resta votos porque profundiza la distancia entre Lima y el interior, lo cual fue la principal razón por la cual la gente votó a Castillo.

Es que Perú tiene una característica que a nosotros nos puede sonar bastante anticuada, ya que sólo en Lima hay gente realmente cheta. Y la gente cheta de Lima (de los barrios de Miraflores y San Isidro, principalmente) no pisa ni por asomo un pueblo del interior, y mucho menos los políticos, que supuestamente tienen que recorrer el país.

Hay pueblos que están totalmente abandonados. Y ahí está otro de los grandes errores que cometió Keiko para embarrarse…

Los pueblos del Interior están abandonados y son propensos a mucha corrupción (por ejemplo, acá en Chiclayo ya van 15 años en que no se ejecuta ninguna obra, y hace rato que hay que hacer desagües pluviales para evitar las inundaciones, pero sigue sin siquiera empezar).

Y Keiko aprovechó eso para echárselo en cara porque el director del partido de Castillo (Vladimir Cerrón) fue gobernador de Junín y fue condenado por casos de corrupción.

Igual, si lo tomamos en serio, Castillo hizo varias propuestas imposibles de cumplir (Keiko también hizo algunas). Varias asignaciones de presupuesto que andá a chequearlas en la Chota, plantas de oxígeno, aumentos de salario, bonos… Y la más delirante es una de Castillo que dice de poner a los presos a laburar en obras. Todo el mundo quiere ver eso sin saber que es legalmente muy complicado, ya que el Estado, en estado de derecho, no puede ser esclavista. ¿O quiere reflotar los gulags de la URSS o aplicar las prisiones privadas de EEUU?

En fin, muchas promesas que no se van a cumplir nunca y una clara muestra de que la gente no quiere saber nada con Fujimori. El público le chifó bastante. Pero mirá que una Fujimori tenga cara para hablar de corrupción…

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