REFLEXIONES. La entrega de la alegría nos quito la soberanía política, la independencia económica y nos hizo perder derechos sociales. Nada fue casual… como tampoco lo que siguen haciendo.
Le pidieron disculpas al Rey de España en los festejos del bicentenario por independizarnos. Confundieron el 25 de mayo de 1810 con el 9 de julio de 1816.
El préstamo del FMI llegó el 20 de junio de 2018. Y ahora, nos enteramos que firmaron la 417828-malvinas-un-exministro-britanico-aseguro-que-el-vicecancille" target="_blank" rel="noreferrer noopener">entrega de la soberanía de las Malvinas estando borrachos, casualmente igual que Galtieri cuando hablaba de «estamos ganando en los balcones de la rosada».
No es casualidad. El odio ha segado a la sociedad. Lo simbólico es lo que nos hace humanos. Y el sábado 23 de abril de 2022 marcharon pidiendo regresar el país a 1880.
Nada es casual, se llama neoliberalismo. Llego al país con un bombardeo a Plaza de Mayo en 1955, se afianzó con la dictadura cívico militar, se arraigo con Menem y tristemente volvió con Macri.
La entrega de la alegría es evidente. Hasta te lo dijeron el 22 de de noviembre de 2015 cuando ganaron las elecciones: «Cambiamos futuro por pasado».
Es tiempo de empezar a abrir la cabeza, dejar el odio de lado y empezar a debatir nuevamente. Si no lo hacemos, un ser nefasto como Milei realmente puede llegar a ser presidente.
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