#Archivo2016 El día que Islandia fue enviada a la quiebra por el neoliberalismo y condenaron a los especuladores financieros.
Esto sucedió en Islandia con aquellos individuos que llevaron al país de ser un prospero sistema basado en el Estado de Bienestar a la especulación financiera y el colapso sistemático producto de ella.
Algunos años que marcan al mundo: 2001, 2008,2009 y 2017. Los países autodenominados desarrollados inteligentemente pasaron a un Estado que interviene en la economía y sus movimientos. Desde Estados Unidos a la propia Islandia.
Hay dos cosas que siempre hay que saber diferenciar: hacer dinero y utilizar el dinero. Lo privado busca «hacer dinero», lo público «utilizarlo». Un país no es una empresa, es un país…algo mucho más complejo y dinámico.
Cuando las corporaciones toman por sorpresa a una nación pasa lo que pasó en Islandia. Pero por sorpresa no significa ser necios ni tercos, más bien aprender de la experiencia. Ese ha de ser el motivo por el que se realizaron estas detenciones.
La deuda de un Estado es la deuda de todos. Si el Estado se basa en la toma de deuda, hace dinero pero no lo utiliza ¿te suena?
Islandia: ciudadanía y Estado de Bienestar
APORTAR en GVT NoticiasLa Justicia islandesa ha condenado este mes de octubre a tres directivos de Landsbankinn y a dos de Kaupþing a penas de entre seis meses y tres años de cárcel por su responsabilidad en el colapso financiero de 2008. Con ellos ya son 26 los banqueros sentenciados por esta causa, según publica Iceland Magazine. Entre todos suman 74 años de prisión.
A principios de 2009, el pueblo islandés, ante el colapso económico y financiero, se echó a la calle y dijo basta. El Gobierno dimitió y la pequeña isla nórdica se entregó a la difícil tarea de responder ante una crisis sin precedentes haciendo justo lo contrario de lo que estaban haciendo los demás: sus ciudadanos se negaron a rescatar a la banca y votaron en contra de pagar sus deudas con dinero público, persiguieron judicialmente a los banqueros y políticos responsables, hicieron caso omiso de las amenazas de los mercados internacionales y de las malas notas de las agencias de calificación de riesgo, redactaron una nueva constitución a través de las redes sociales y, quizá lo más importante, consiguieron negociar con el FMI una salida adaptada a sus propios planteamientos.
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