#Reflexiones Un tiempo de transformación histórica dificil de aceptar. ¿La etapa de mayor progreso de la humanidad o una Edad Media Digital?
La humanidad se encuentra sumergida en un momento histórico muy complejo puesto que estamos pasado de una estructura social que se ha vuelto conservadora (basada en los principios del Renacimiento) a una tecnocracia, es decir, una sociedad basada en gobiernos de tinte democráticos sostenidos por el uso y el acceso a las nuevas tecnologías de la Comunicación y la Información (TICS).
Ello implica una transformación muy brusca, donde no todos están preparados ni decididos aceptarla.
Vivimos una época medieval. Así como lo escucha. Con toda la tecnología y sus avances, la sociedad mundial se ha estancando, en cierta manera.
Hemos aprendido algo completamente nuevo como sociedad. Pero no estamos preparados para ella.
La sobreinformavion producto de la hiperconectividad nos está llevando a un estado similar al oscurantismo medieval. Es que estar desinformado y sobreinformardo son situaciones equivalentes.
DEFINIENDO QUE ES UNA EDAD MEDIA
Al momento histórico conocido como «Edad media» se lo distingue como «aquel período de la historia de Europa que se extendió desde la caída del Imperio Romano de Occidente en el Siglo V, hasta el siglo XV«.
Un período histórico más que nada de transición, caracterizado por su estancamiento cultural, un mundo atrapado entre la magnificencia de la antigüedad y la riqueza que trajo aparejado el Renacimiento.>> ¿Le suena a lo que sucede hoy?
EL MUNDO DE HOY
Hoy estamos viviendo un proceso histórico que demanda y propone un nuevo panorama tanto político como económico y cultural. La interconexion instantánea entre personas de todo el mundo facilita la información y el conocimiento.
Pero el acceso no garantiza la calidad, por ello, vivimos en una Edad Media Digital, puesto que tenemos las herramientas, los mecanismos e -incluso- las estructuras para implementar un verdadero desarrollo social sostenible a mediano y largo plazo, sin embargo, dichas tecnologías se utilizan de manera equívoca.
Desde la adicción al uso del celular -que destruye las verdaderas relaciones humanas– hasta la dependencia -casi por completo- del mundo tecnológico, no lleva a pensar en una sociedad que no está preparada realmente para el momento que vivimos.
Tenemos la información y el conocimiento a mano pero no lo utilizamos realmente.
Al contrario, desde ésta revolución informática nos sumergimos en un estado de anomia, una vida social sobreinformada que no puede recordar lo que a hecho o leído en los últimos dos meses. Y si lo hace, debe esforzarse de manera sideral.
Si no me cree, le propongo que recuerde una noticia que haya leído hace 10 días atrás y me diga ¿dónde la leyó? ¿quién la publicó?. Sin ir más lejos, esto se aplica a la vida diaria.
Pero no es su culpa. Es que tanta información, tantos recursos no son fáciles de incorporar a un modelo de individuo que responde a otros principios educacionales, culturales, políticos y económicos.
Son de otra época, de otro sistema, de otra modalidad imperante. De otro mundo.
Ese desfasaje histórico puede resumirse en una frase popular que dice lo siguiente: «Hoy la escuela enseña contenidos del siglo XIX, con profesores del siglo XX, a alumnos del siglo XXI».
Son tres siglos conviviendo en uno. Tres siglos distanciados, viviendo el mismo tiempo, luchando uno por sobrevivir, el otro por imponerse y el otro por ser la realidad.
Son tres siglos que nos llevan al momento histórico que vivimos. Uno, donde en solo 50 años, se desarrolló la sociedad más que en los últimos 13.000 años.
Y no es sencillo sostenerlo como modelo viable de sociedad. La gente -entre las que me incluyo- no está preparada del todo para el mundo que viene. Para el mundo que vive, hoy.
DESINFORMACIÓN VS SOBREINFORMACIÓN
En la desinformación, carecemos de conocimientos producto de la negación o segmentación del mismo. Era lo que sucedía en las sociedades antiguas.
El conocimiento estaba limitado a una clase social que – en última instancia- decidía quienes podían acceder a él.
Durante ese periodo se crearon, difundieron y sustentado mitos e historias funcionales como reales para establecer un modelo de sociedad.
En la sobreinformación, en cambio, el acceso al mundo del conocimiento no se encuentra limitado, sino que -prácticamente- cualquiera puede acceder a él.
Sin embargo, a diferencia de ese vacío medieval, hoy existe un sobrecontenido abismal donde la verdad y la mentira se confunden. Donde las mentiras se construyen como verdades para ser difundidas y establecidas como tal.
Es el caso de las fake news y los trolls en las redes sociales, que cumplen la función de desinformar a partir de la sobreinformación.
Además, al existir tantas fuentes de fácil acceso, la credibilidad se vuelve un bien dorado que cada día carece más de un espacio real en el mundo que vivimos.
Y no estamos preparados para ello. Es que la nueva edad media no es producto de la lentitud, sino de la velocidad.
EDAD MEDIA DIGITAL:
VELOCIDAD QUE GENERA LENTITUD
Al analizar tan complejo proceso social hay que destacar tanto sus virtudes como sus contras. No es que me considere un «anti-tecnología». Por el contrario, usted está leyendo esta nota en un medio digital.
Sin embargo, lo que propongo es tomar conciencia de este conflicto. Porque todo problema tiene solución, sino no es un problema.
Virtudes:
- Acceso prácticamente ilimitado al conocimiento
- Disminución de costos (Salud, transporte, vivienda, etc)
- Nuevas formas de empleo.
- Grandes mejoras en la vida cotidiana.
- Herramientas educacionales, culturales, económicas y políticas de acceso masivo.
- Democratización de la palabras, las opiniones y la participación.
- Acceso masivo al crecimiento social (alimentación, salud, etc.)
Vicisitudes:
- Disminución en las capacidades cognitivas básica.
- Pérdida de conocimientos básicos.
- Distracción y perdida de interés
- Hiperconectividad DIGITAL, hiperdesconexión con el mundo real.
- Narcisismo digital:sólo escuchamos lo que queremos escuchar.
- Información en exceso e innecesaria.
- Altísimos costos ambientales.
- Desvalorizacion del poder real del conocimiento.
- Necesidad de mano de obra cualificada de manera constante. Nunca se sabe demasiado y los conocimientos se transforman y pierden vigencia todos los días.
- Pérdida de empleos.
REFLEXIONES FINALES SOBRE LA EDAD MEDIA DIGITAL
Ahora bien, surgen algunos interrogantes: ¿tardaremos 500 años en aprender como la última vez?
No lo creo. Los tiempos pasan más rápidos y – en menos de 100 años- la sociedad ha avanzado más que en los últimos 13 mil.
Hemos logrado comprender cuestiones muy básicas que hace 50 años eran vistas como una locura.
En términos generales, la globalización realmente ha transformado el mundo para bien. Trajo consigo normas y modos de vida que nos facilitan la vida a todos. Ha colaborado en la lucha contra la xenofobia, la homofobia e -incluso- la persecución ideológica y/o religiosa.
Por más que -hoy- vemos que el mundo está enloqueciendo de nuevo (los partidos neonazis reviviendo en Italia, Francia, Alemania, entre otros), son la simple reacción de un viejo mundo que le teme al porvenir.
Este mundo que viene presenta un montón de oportunidades, pues «el mazo se está barajando» y se comienza a repartir de nuevo. Estamos en las puertas de un nuevo Renacimiento. Hay esperanzas.
En nuestro país hay una oportunidad real. Argentina tiene mucho por ganar en esta nueva partida, pero es necesario tomar medidas más profundas en cuanto a la capacitación de los jóvenes y el acceso al mundo tecnológico, así como también la capacitación de los distintos sectores de la sociedad.
En ese sentido, la provincia de San Luis, es un claro ejemplo de como transitar ese camino.
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