#Archivo2013 #Ciencia Un equipo de investigadores y estudiantes del laboratorio de Biología Sintética de la Universidad de Buenos Aires logró almacenar los acordes del himno argentino en el ADN de una bacteria.
Los especialistas construyeron un algoritmo con la capacidad de transformar cada nota en una secuencia única de nucleótidos del ADN. También desarrollaron la herramienta “BaNDA” que permite convertir archivos musicales al lenguaje genético.
Cuesta González Andrés Martín
Un equipo de investigadores y estudiantes del Instituto de Tecnología de la UBA asintetizó los acordes del Himno argentino en el ADN de una bacteria. La iniciativa surgió con el objetivo de integrar arte y ciencia, desarrollandosé en el marco de las actividades de investigación y desarrollo del laboratorio de Biología Sintética de los UADE Labs y la licenciatura de Bioinformática de la Universidad.
El doctor Federico Prada estuvo a cargo y señaló:
“Queríamos demostrar que era posible almacenar información no biológica en ADN utilizando herramientas informáticas simples. También queríamos lograr un acercamiento de la sociedad a la bioinformática: partiendo de lo lúdico (en este caso de la música) y la historia (el Himno Nacional) pretendíamos llegar a profesores y estudiantes de todos los niveles educativos. Hago esta aclaración respecto de los objetivos ya que nuestro trabajo no se trata de un descubrimiento inédito. Usando como base dos publicaciones recientes de las revistas ‘Science’ y ‘Nature’, desarrollamos nuestro propio algoritmo y le dimos este giro didáctico y educativo”.
Información musical a la genética
En primera instancia trabajaron en la transformación de la información contenida en una partitura (notas, tiempos, volúmenes) al lenguaje genético (escrito en formato de nucleótidos). El objetivo del trabajo era incluir toda esa información en una molécula de ADN.
La bacteria fue simplemente la herramienta biológica para lograr copias fidedignas del Himno Nacional Argentino en grandes cantidades y por un costo irrisorio.
“Verónica di Mateo nos ayudó a comprender la estructura de dicha información y comenzamos a construir un algoritmo o función matemática capaz de transformar cada nota en una secuencia única de nucleótidos. El desarrollo del algoritmo estuvo principalmente en manos de otro estudiante de Bioinformática, Guido de Luca. Esta etapa fue sin dudas la más laboriosa. No obstante, en dos meses logramos el objetivo”
Lo más relevante de lo acontecido es que, tal y como sostuvo el periodista de Argentina Investiga, Andrés Martín Cuesta González: «esta técnica significa un verdadero cambio de paradigma en los sistemas de almacenamiento de información. Todo se podría guardar en este formato siempre y cuando los costos de síntesis de ADN bajen lo suficiente como para hacerlo viable».
Fuente: Argentina Investiga
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