Cada ficha ocupa en su lugar en la sociedad. Como periodistas y comunicadores no estamos exentos de ellos. Tenemos una tarea ardua que no tiene día ni horario. Tenemos una tarea ardua que no tiene día ni horario.
Informar a la gente significa trabajar tanto un lunes como un domingo como un sábado o un viernes sean las 4 de la mañana o las 11 de la noche. El horario y el día son indiferentes.
El «cuándo» lo marca noticia. El «dónde» también. Por eso es una tarea ardua. Compleja, porque transmitimos lo que pasa en el momento en que pasa. Dejando de lado nuestra propia vida.
Es decir, implica ser una persona dedicada, con pasión y compromiso al arte de informar. Siempre transmitiendo lo que sucede. Aceptando que somos humanos, no objetos por ello, siempre somos subjetivos…pero siempre, siempre siendo fiel a uno mismo. En el medio, hay que vivir, comer y tener una vida. Parece complejo -en realidad lo es- pero se puede.
Una vez una personalidad destacada de San Luis me dijo: «vos no sos mala leche», y creo que en eso reside la tarea. Somos periodistas no mercenarios. Venimos a informar y comunicar. Venimos a construir, no a destruir. Creo que la forma en la que cada profesional informa tiene mucha relación con lo que realmente piensa y siente al respecto de la misma.
Como periodistas y comunicadores la frustración es inevitable, es muy dificil lograr todo lo que uno busca, pero la ira es la respuesta de quien ha fracasado en su tarea de informar.
Y lo remarco porque vivimos en tiempos donde el periodismo parece que ha muerto, pero los periodistas seguimos vivos… salvo que ya no informamos, sino que comunicamos.
Implica ser una persona dedicada, con pasión y compromiso al arte de informar.
Aceptamos nuestra posición sobre la realidad. Entendiendo la importancia sobre ello. No se puede ser neutro ante tanta desigualdad. No se puede ser neutro ante la realidad.
En este día, para quienes realmente entregan su alma a la profesión: ¡Feliz día!
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