La cultura determina emociones, pensamientos, sentimientos, acciones y hasta el autoestima personal. En Argentina y en todo el mundo, definitivamente, la batalla es cultural.
Según la UNESCO, la Cultura es:
«conjunto de rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social; y engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, las formas de convivencia, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias».
Por ello, estoy completamente convencido que la batalla y el mayor problema social en la Argentina es cultural. Porque nuestra historia nos quiere imponer una identidad cultural donde el autodesprecio y la baja autoestima sobre lo nacional redunda de manera preocupante.
Ese constructo que circula de manera inmaterial, en los símbolos, sostiene y persiste en sostener que Argentina es una mierda, su gente es mala gente; que sus tradiciones no se comparan con «Europa» o «Estados Unidos».
Cuando la verdad es que ninguna cultura puede compararse más que consigo mismo. Y no hacemos eso. La batalla de la Hegemonía mundial, Estados Unidos no la ganó tirando dos bombas nucleares, sino en el interior de una filmoteca de Hollywood construyendo un sujeto social que imponga sus creencia, valores, tradiciones de manera natural, continúa y silenciosamente.
La cultura es algo vivo, conformada por elementos heredados del pasado, como también por otros de influencias externas e inventos creados y recreados localmente al interior de cada sociedad. En la actualidad los antropólogos la conciben, ya no como una entidad, más bien como un proceso cambiante. Valorizando las acciones de la vida cotidiana de las personas, sus prácticas, las resistencias, que son las que hacen o rehacen la cultura.
Abraham R, Piccinini A, Solis C. (2020)
No significa que la globalización sea mala. Para nada. El problema es el proceso de aculturación forzado o adquisición de una nueva cultura de manera forzada para despojarse de la propia.
Mientras sigas pensando que este país no sirve, no va a servir… porque vas hacer justo lo necesario para justificarte a lo que ya pensas. No existe un solo país en el mundo que haya salido de la meseta y caída de la recesión sin fortalecer el autoestima individual y colectivo.
Las culturas no son colecciones de costumbres o creencias. Son sistemas integrados, si una parte del sistema cambia repercute en el resto. Tomemos por ejemplos aspectos relacionados con el orden económico, ideológico o político, institucional, el mundo simbólico e ideológico.
Abraham R, Piccinini A, Solis C. (2020)
Ahí está la verdadera batalla, en lo cultural. Por eso, cuando escuche a ese que dice «todos son iguales», recordale que esa persona también es parte de ese todos y que piensa así porque en realidad esa persona es así pero no tiene los recursos suficientes para poder llevar a cabo lo que le indigna. También recordale que como vos, hay muchos… por eso «no todo es lo mismo».
Argentina necesita una verdadera revolución cultural. Como la que proclamamos con casi 5 millones de personas en las calles el 25 de mayo de 2010, el segundo grito de la Revolución de Mayo. Con cultura propia. Y el odio, ese no es un producto nacional… ese es importado -justamente- por la batalla cultural de otros intereses.
La cultura ha sido una herramienta fundamental de los procesos de colonización tradicional (del siglo XV a SXIX) pero ha ganado más protagonismo en los procesos de neocoloniozación del Siglo XX y XXI.
Pero es necesario saber que la cultura es cambiante y dinámica. No se queda quieta. No es una y para siempre. Por el contrario, sus elementos que no permanecen inmutables en el tiempo. Hacer cultura supone» la capacidad creadora y de transformación de los miembros de una sociedad, quienes son los que en definitiva le otorgan dinamismo a la misma».
Por ello, estamos a tiempo para darle lugar a una verdadera revolución cultural.
APORTAR en GVT NoticiasNuestra identidad individual no se va configurando de manera aislada, lo hace a partir de nuestra identidad grupal o social. El autoconocimiento, es reconocerse como miembro de un grupo, diferenciándose con miembros de otros grupos. La identidad se fundamenta desde la alteridad. (Lo distinto)
Abraham R, Piccinini A, Solis C. (2020)