Cada día que pasa se vuelve más preocupante la reaparición fascismo en el mundo. Y no es un hecho aislado. Es algo que sucede desde Italia hasta Chile. Desde Guinea a Brasil.
En esta semana hubo un nuevo intento de golpe de Estado en Bolivia a través de manifestaciones que buscan reivindicar el golpe perpetrado en 2019. Por otra parte, Chile decretó el Estado de Emergencia en el sur militarizando el país bajo la excusa de la amenaza mapuche, un 12 de octubre (y en pleno proceso de reforma constitucional).
En Italia, tierra donde nace el fascismo, los partidos neonazis toman fuerza y el gobierno interviene buscando prohibir al partido Nouva Italia que se vuelve una amenaza real.
En el Perú, las fuerzas de derecha desestabilizan al débil gobierno electo de Castillo reviviendo discursos totalmente clasistas y racistas. El Brasil de Bolsonaro continúa debilitando las instituciones democráticas. Colombia sufre matanzas en distintas localidades -a plena luz del día- por parte de un gobierno que ya ha perdido legitimidad democrática. Los gobiernos golpistas han tomado por la fuerza Hungría, Bielorrusia, Afganistán, Birmania (o Myanmar), Guinea, Túnez, Sudan, Haití, entre otros.
Todos parecen casos aislados pero no lo son. En medio de la peor crisis político, económico, sanitaria y social de la humanidad en casi 100 años; no puede tomarse a la ligera lo que sucede. Sobretodo porque la historia nos ha enseñado que ese tipo de pensamientos se aprovecha de la desesperación, la incertidumbre, el crecimiento exponencial de la pobreza, la falta de trabajo, el imaginario de un pasado desconocido. La perdida de la memoria y la construcción de un discurso que tergiversa todo.
El mundo que vivimos, se encuentra así. Al punto tal que, en enero, la democracia del mundo se vio arremetida por golpista. Si, le hablo de Estados Unidos. Tienen la suerte de tener un ejercito que responde a sus propios intereses, cuida su democracia. Pero ese evento deja entrever que ningún país está exento. Si no me cree preste más atención a los discurso que buscan coaptar los votos de la derecha en Argentina.
En nuestro país, el giro a la ultraderecha, por suerte está más controlada por nuestra historia. Sin embargo, no hay que menospreciar lo que sucede, porque en el mediano plazo y -con casi tres generaciones viviendo en democracia- olvidarse de ese pasado oscuro, puede que sea muy fácil.
Recuerde, aunque en su foco fundacional era de derecha, el fascismo no es ni de derecha ni de izquierda… es simplemente lo que es. Por ello, es preocupante la reaparición fascismo en el mundo puesto que ante tanta incertidumbre, la historia puede volverse a repetir.
APORTAR en GVT NoticiasEl fascismo es una ideología, un movimiento político y una forma de gobierno de carácter totalitario, antidemocrático y ultranacionalista de extrema derecha. Suprime la discrepancia política.