CIENCIA. El ejemplar de pterosaurio fue descubierto en Mendoza por un grupo de científicos liderados por Leonardo Ortiz David, becario posdoctoral del CONICET. El estudio fue publicado en Cretaceous Research.
Thanatosdrakon amaru es el nombre de la nueva especie de reptil volador descubierta por un grupo de científicos en afloramientos ubicados en el sur de la provincia de Mendoza. Más precisamente, en un yacimiento próximo al Río Colorado, en rocas de fines del Período Cretácico, cuya antigüedad se estima en 86 millones de años.
Los restos fósiles hallados, que, según los especialistas, se encuentran excepcionalmente preservados, pertenecen al esqueleto axial y al esqueleto apendicular de dos ejemplares. Un espécimen de mayor tamaño con una envergadura de aproximadamente nueve metros y otro de menor dimensión, cuya envergadura es de casi siete metros.
El descubrimiento es producto del trabajo realizado por Leonardo Ortiz David. Este es becario posdoctoral del CONICET en el Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB, CONICET-UNCUYO). Fue para su tesis doctoral, dirigida por Bernardo González Riga, investigador independiente del CONICET en el mismo instituto y Alexander Kellner, director del Museo Nacional de Río de Janeiro, Brasil.
“Los pterosaurios son reptiles que surgen en el Triásico Tardío y se extinguen a fines del Cretácico. Representan los primeros vertebrados en adquirir la capacidad de volar activamente. Son parientes cercanos de los dinosaurios, de hecho, ambos forman un gran grupo denominado Ornithodira, sin embargo, son muchas las características que permiten diferenciarlos, ya que todos los pterosaurios presentan un esqueleto adaptado al vuelo, con características singulares como: huesos muy neumatizados, elementos vertebrales y miembros muy modificados, con huesos de la muñeca, metacarpos, falanges alares, pelvis, entre otros, completamente únicos”, dice Ortiz David, quien coordinó las tareas de excavación y extracción de los restos fósiles.
Thanatosdrakon amaru recibe su nombre del griego Thanatos: muerte y drakon: dragón. Los investigadores recurrieron a la mitología de los dragones, como grandes bestias aladas, haciendo referencia a que el taxón es un gran depredador volador. Amaru, por su parte, lo seleccionaron como nombre de especie; ya que representa a una deidad imponente en la cosmovisión de algunos pueblos aborígenes de Sudamérica.
Los análisis realizados permitieron identificar que Thanatosdrakon amaru es la especie voladora más grande de Sudamérica y una de las más grandes del mundo. Pertenece al clado Azhdarchidae, un grupo de pterosaurios del Cretácico Superior del cual forma parte el famoso Quetzalcoatlus, el pterosaurio de mayor dimensión encontrado hasta el momento.
Los restos fueron hallados durante los trabajos de supervisión paleontológica que el equipo realizaba en obras de un proyecto minero; bajo la dirección de González Riga, lo que, según el científico, destaca la importancia de los procedimientos de preservación patrimonial cuando existen tareas constructivas en zonas con alto potencial paleontológico.
“Este hallazgo es muy importante ya que el registro de pterosaurios del Cretácico Superior sudamericano es escaso. Además, los pterosaurios grandes-gigantes se encuentran representados generalmente por pocos elementos o en estado de conservación muy pobre. Thanatosdrakon es un gran pterosaurio azhdárquido que se encuentra representado por diversos elementos bien conservados en tres dimensiones; lo que permite ampliar el registro de este linaje de pterosaurios derivados” menciona Ortiz David.
“Thanatosdrakon nos permite comprender, además, la diversidad de los ecosistemas cretácicos, ya que se vincula a hallazgos excepcionales que nuestro equipo de investigación ha realizado en la misma zona, como saurópodos titanosaurios articulados, terópodos abelisáuridos, peces y tortugas de agua dulce”, concluye González Riga.
Fuente: CONICET
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