Tras charlar con Hugo Seleme, comparto este excelente artículo de reflexión sobre lo que Cambiemos es en su esencia misma: «El fracaso exitoso de Macri»
FRACASO EXITOSO
Desde la asunción de Macri – encabezando la alianza PRO, UCR, ARI – la inflación fue del 93.9%. El dólar subió 133%, la luz subió 1500%, el gas 1300%, el agua 680%. El efecto de estas políticas regresivas en términos de distribución del ingreso ha sido la caída en la participación de los trabajadores en el ingreso nacional.
Como resultado la distribución del ingreso se volvió más desigual. Apropiándose los que más tienen – el décimo decil – del 31,6% del ingreso y quedando para los más vulnerables – el primer decil – sólo el 1,4%. A este panorama debe sumarse el endeudamiento externo en moneda extranjera. Por 110.648.000.000 de dólares, de los cuales el 75% sirvió para financiar la fuga de capitales gracias al negocio de las Lebacs.
El endeudamiento es un elemento fundamental a tener en cuenta. Ya que garantiza que la distribución regresiva en el ingreso – provocada por la caída en la participación de los trabajadores en el ingreso nacional – se mantenga y profundice en el tiempo.
Argentina está acostumbrada a presenciar el fracaso de idénticos planes económicos. El precursor fue el diseñado por el Proceso de Reorganización Nacional de 1976 cuyos ejes eran la estabilización de la moneda a través de la flexibilización total del movimiento de capitales externos y la apertura de la economía.
Una parte creciente de la población ha comenzado a advertir que el gobierno de Macri se encamina a renovar antiguos fracasos
Se esperaba, decían sus diseñadores, que la normalización del sistema de precios – controlando la inflación – y la apertura de la economía provocasen que se desarrollasen aquellos sectores de la producción. Como el agropecuario, en los cuales Argentina tenía ventajas competitivas.
El resultado fue un rotundo fracaso. La apertura de las importaciones destruyó la industria nacional y provocó que el empleo industrial se redujese en un 10%. Entre 1976 y 1983 el Producto Bruto Interno se contrajo un 10%. El gasto público por habitante en igual período se redujo un 14%.
La participación de los salarios en el ingreso nacional descendió al 26%. El salario real descendió para 1983 un 37% situándose en valores casi idénticos a los que tenía antes del advenimiento del peronismo en 1945. La pobreza crítica pasó del 2.6% en 1974 al 25% en 1982.
El plan que le sucedió, diseñado durante la presidencia de Menem y continuado por De la Rua, provocó resultados idénticos. En el período que va de 1991 a 1994 se produjo una expansión de la actividad económica. Sin embargo, este aumento de la actividad económica no produjo una mejora en la distribución del ingreso.
Por el contrario, en el mismo período los sectores más bajos perdieron un 1,3% de su participación en el PBI.
En esta ilusión de fracaso, paradójicamente, es sobre la que se asienta el éxito de los gobiernos indecentes a la hora de convencer a desprevenidos y desaprensivos
La brecha entre el decil más rico y el más pobre, que en 1994 era de 17 veces ascendió a 33 veces con la devaluación que siguió al gobierno de Fernando de la Rúa. Al final del último período neoliberal, producido con la caída de De la Rúa, la pobreza alcanzaba al 53,4% de la población.
Una parte creciente de la población ha comenzado a advertir que el gobierno de Macri -empujado por la inflación descontrolada, la recesión, el aumento del endeudamiento externo, el déficit comercial, y la escalada del dólar – se encamina a renovar antiguos fracasos. Es necesario recordarles las experiencias pasadas. Ya que cuando los fracasos se repiten idénticos, y quienes ganan o pierden con el intento frustrado son los mismos, es casi seguro que en realidad esconde un éxito.
Pensar que el gobierno de Macri ha sido un fracaso, y no el más exitoso en enriquecer a los sectores que representa
El éxito en revertir la distribución progresiva del ingreso, concentrar la distribución de la riqueza, y elevar el endeudamiento externo. Para provocar que los resultados obtenidos permanezcan en el tiempo. Pensar que el gobierno de Macri ha sido un fracaso, y no el más exitoso en enriquecer a los sectores que representa incluidos él mismo y su familia, transmite la idea de que su plan económico, si hubiese sido aplicado correctamente, podría haber dado otros resultados.
En esta ilusión de fracaso, paradójicamente, es sobre la que se asienta el éxito de los gobiernos indecentes a la hora de convencer a desprevenidos y desaprensivos de que la próxima vez la misma vieja receta, que siempre ha enriquecido a los mismos, producirá resultados novedosos.
Es la ilusión que en el pasado nos condujo de Menem a De la Rúa y el año que viene puede llevarnos de Macri a Vidal. Para hacerla desvanecer es necesario advertir que el gobierno de Macri ha sido un fracaso exitoso que en sólo dos años logró aquello que a otros les tomó décadas.
Por Hugo Seleme
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