Que paradójico resulta escuchar al presidente de la nación hablando de volver al mundo, cuando abre indiscriminadamente las fronteras y las aduanas. Mientras que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, rememora las políticas del ex presidente William McKinley(1897). Y sostiene de manera determinante: «Él había comprendido la importancia decisiva de las tarifas aduaneras para mantener la potencia de un país».
Que paradójico que el presidente de Argentina hable de volver al mundo y critique al peronismo como un factor de atraso; mientras las principales potencias del mundo adoptan medidas de corte netamente peronista. Protegen el mercado interno, garantizan el empleo e imponen sus productos sobre los extranjeros y garantizar el consumo como motor de la economía.
Que paradójico es escuchar al presidente hablar de un «cambio», de ser la cara transparente de la política, de querer a la Argentina; mientras está en los Estados Unidos -prácticamente- rogando de rodillas que se le entregue un préstamo, anunciando su candidatura para las elecciones presidenciales 2019 en ingles.
Que paradójico cuando es el presidente que más vacaciones se ha tomado en la historia Argentina.
Que paradójico es que el presidente siempre le eche la culpa a algo cuando las cosas salen mal. Cristina, la pesada herencia, el peronismo,la guerra comercial entre Estados Unidos y China, Venezuela, el terrorismo, el atraso argentino, etc.; cuando hace menos de 5 años, sostenía que si hay inflación «demuestra tu incapacidad de gobernar». Si hay paros y movilización, demuestra que «tenes que detenerte y escuchar a la gente» y «cambiar tus políticas económicas» porque «algo no estas haciendo bien».
Que paradójico que el presidente nos diga que hagamos un esfuerzo, que estemos tranquilos, que al país se lo saca adelante trabajando. Cuando es el presidente que más vacaciones se ha tomado en la historia Argentina. O cuando las medidas políticas han contribuido a la concentración de la riqueza, cuando la economía esta diseñado por y para los ricos.
Es que el presidente se lo vea bailando en una noche de gala y se galardonado en el norte, mientras en su país hay un paro nacional general con un altísimo acatamiento pidiendo que detengan el ajuste y el deterioro social.
Que paradójico es que tomemos deuda por el simple hecho de tomar deuda y -aún más- el nivel de liviandad social con el que se toma sus medidas. Y pero aún: como nos lo venden… como si fuera la primera vez que esto sucede y no supiésemos en que termina.
Que paradójico es vivir en la Argentina de Macri, nos propusieron un cambio y lo único que hicieron es cambiar el futuro por el mismo pasado de siempre.
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