Sumate a las «Historias de una tierra de fuego» por José Ernesto Mangifave. Las crónicas fotográficas narradas desde el fin del mundo. Parte VII
Amanece por detrás de la Navarino; del otro lado del canal nosotros en la Isla Grande del Archipiélago Austral, llamada Tierra del Fuego tanto del lado Argentino como Chileno.
Es que esta tierra realmente estuvo prendida fuego, tanto así que su nombre no conoce de fronteras. Y quedo grabado en todos los amaneceres y atardeceres el único registro de los rituales místicos de nuestros pueblos nativos.
Es que estas tierras están llenas de misterios; el último confín del mundo, el canal más austral de la tierra, principio o fin de todo lo conocido.
El misionero anglicano Allen Francisco Gardiner, el 29 de noviembre de 1848, avistaba en su nave “Ocean Queen” las montañas de Tierra del Fuego, y escribía valientemente en su diario:
“Sin duda Fueguia, la tierra de las tinieblas, el país de la oscuridad, presenta una escena de salvaje desolación. Tierra áspera y desolada, clima oscuro y tempestuoso… ¿Me atemorizare? No, la hora ha llegado …y no estoy desapercibido para la lucha…” (Juan E. Belza, En la isla del fuego, tomo 1: Encuentros, p 71.)
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