Una pandemia como crisis económica social. El discurso incoherente de los líderes del mundo. Las noticias difusas al estilo gobbeliano. Las minorías vuelven al poder y el mundo vive el resurgimiento de la ideología extremista.
Parece que fue cierto cuando decían que Hitler ganó la guerra. La más difícil y continua: la cultural. La ganó en los estudios de cine. En los libros y en la televisión. En el pensamiento de la gente por la imposicion de minorias. Quizás renovado. Disfrazados con otra bandera. Pero siguió vigente desde el otro lado del mundo.
Cabe pensarlo asi: Que complejo resulta mantener estable el estado de ánimo en estos tiempos. Entre el sedentarismo, la monotonía, los límites comprensibles y la rutina inagotable el cuerpo y la mente comienza a sentir un agotamiento nunca antes visto. Y miren que hay que superar el agotamiento producido por la sociedad neoliberal. Sin embargo, parece que los humanos siempre nos superamos para peor…Y la pandemia es esa superación.
Una donde las personas, agotadas por el encierro, una sociabilidad extremadamente limitada, sumada una crisis económica y social, nos lleva a interactuar de manera distintas. Al menos desconocidas a los tiempos que corren pero muy similares a tiempos de antaños. De guerras y posguerras mundiales.
Antes acostumbrados, nosotros somos hijos de tres generaciones continuas alejados de ello…aún cuando la guerra sigue siendo la herramienta que antes era pero sin la misma eficiencia.
El despertar de la consciencia tiene un punto fundamental: las mayorías comienzan a entender lo básico.
Sin embargo, en tiempos de crisis sociales y económicas como las producidas por está pandemia, resurgen las minorías extremistas. Esas que hicieron estragos en la historia y todavía tienen espacio para hacer.
La sociedad de hoy, racionalmente no tiene lugar para ello… Sin embargo -por tercera vez-, cuando el mundo se despoja de la razón por el odio, las minorías extremistas toman su lugar.
Y hoy estamos ahí. Tiempos de Bolsonaros, Trumps, Añez, Lukashenkos, Zelenskis, Maduros, Aders, entre otros.
Todos países donde el extremismo de las minorías tomó el poder en supuestas democracias pero que cada vez se alejan más allá de ellas.
El mundo está cambiando radicalmente,y como cada vez que sucede, los que más tienen para perder -las minorías acomodadas- estarán dispuestas a todo para evitarlo. El resurgimiento de la ideología extremista es un hecho preocupante.