REFLEXIONES. Encontrar un sendero es sencillo, transitar el camino no es fácil.
Lo que nos ha sucedido y los miedos que heredamos de nuestra educación y mandatos sociales resultan difíciles de superar.
La cuestión parece fácil pero no lo es. Aunque en realidad sí. Pero hay que animarse… una vez que el alma se entrega, transitar ese camino se vuelve una normalidad.
En la ruta de vida nos encontramos con puerta y ventanas abiertas y cerradas. Con y y sin rejas. Con y sin permiso de entrada.
A veces no hay que pedir permiso y simplemente entrar. Dejar de lado el miedo, los mandatos y entregarse al momento.
De esa manera, transitar el camino no será fácil pero si más divertido, lleno de aventuras y novedades.
No hay mayor error en la vida que no atreverse a vivir.
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