La deuda, la crisis mundial y la pandemia han sido un espacio que llevaron a un contexto de falta de control de precios en Argentina. ¿Qué país vamos a construir si la desigualdad continúa en avance?
En un contexto donde la solidaridad social debería ser un hecho, nos encontramos que -los sectores más enriquecidos y concertados del país- buscan sacar ventaja a la situación. Incluso, la desestabilización del sistema social termina siendo rentable.
La complicada situación económica y social difícilmente tendrá solución si cada cual define los precios según su parecer.
Comer comemos todos y no es posible que todos los días comer sea más caro, el dinero valga cada vez menos y los sueldos no tenga actualizaciones sustanciales. Sobretodo porque hay sectores de la sociedad que continúan manteniendo vigentes sus ganancias pero no «derraman» esas virtudes sobre la sociedas.
En un país que supuestamente alimenta a 400 millones de personas, 6 de cada 10 pib@s es pobre. Y va en incremento. Donde el 40% vive en la pobreza. Donde los sueldo no suben hace años, pero los precios si. Y uno donde tan sólo el 5% acumula más del 50% de las riquezas… ¿cabe preguntarse? ¿regular precios está mal? ¿es justo que trabajes todos los días de tu vida y no puedas vivir dignamente?
Si a eso le sumamos el descontrol de precios en que vivimos como consecuencia de la saturación del Estado como ente de control por vivir una situación sumamente excepcional, nos encontramos frente a un mundo que pierde su lógica para centrarse en una desigualad que no solo cada vez se pronuncia más, si que algunos tienden a naturalizar.
(Des)control de precios: al borde de un ataque de nervios
Dando un ejemplo mundano, el domingo volví completamente indignado de una reconocida marca de supermercados en San Luis, capital. Al punto tal que nada los diferencia de esas personas que te asaltan sin ningún tipo de impunidad.
Es que, al acercarme a la carnicería, me encuentro que el corte más barato está por encima de los $400. No hablo de esos cortes que le vendemos a Inglaterra, Estados Unidos, Francia, España desde tiempo de Cisneros. No, carne con hueso. Esos cortes que son resignados a las clases más bajas. Asado surtido, falda, paleta… el más barato a $430.
En un país que supuestamente alimenta a tantos millones de personas, no se puede encontrar la lógica. La solidaridad frente a esta situación no se ve.
¡Basta! Se les fue la mano. Nos quieren vender la carne que si no la venden en el mercado interno la tienen que tirar a precio de exportación. Al precio que un yanke paga en dólares en su país. Y no es solo la carne, lo mismo pasa con la leche, la manteca, la ropa, etc.
Quieren recuperar en menos de tres meses lo que el mundo entero perdió en un año. Y no es nuevo. Aclaro que no estoy hablando del pequeño comerciante que no solo se ve obligado a subir sus precios, sino que resigna ganancia real sobre el precio total.
No, hablo de lo que realmente definen los precios. Por eso, lo digo de manera llana: no les compremos más… hagamos un boicot ciudadano. Cuando se les empiece a acumular la mercadería, van a ver como comienzan a bajar solos los precios. Oferta y demanda.
Control de precios para un país estable
Si a usted lo lo indigna esta situación no se en que país vive. Acá no hay partidos, le estoy hablando de lo que todos hacemos. Comer. Vivir. Y que no me quieran explicar lo inexplicable porque los sueldos no subieron. Porque emitir, emitieron todos los países del mundo. Porque crisis hay en todos los países. Acá lo que hay es gente muy «chiwenwenza» que quiere ganar más de lo que debe… por eso es urgente un control de precios real.
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