La pandemia nos obliga a dejar de lado diferencias insulsas para enfrentar un compleja realidad. La unión latinoamericana es más necesaria que nunca.
Los latinos no lo hemos comprendido aún. Y continuamos discutiendo los mismos temas que los colonialistas del 1500 establecieron como agenda. Eso si, no es una casualidad, ni libre albedrió. Más bien se trata de algo que nos divide. Nos aleja… y como todo lo que se aleja y se divide, termina destruyéndose.
Es tiempo de comenzar a entender que de esta pandemia, no se sale comparándonos con Uruguay, sino ayudando a Uruguay. No se sale comparándonos con Chile, sino ayudando a Chile. No se sale comparándonos con Brasil, sino ayudando a Brasil. Lo mismo con cada país del continente.
Se sale ayudándonos como continente. Hay que entender de una buena vez que la Guerra Fría terminó hace ya tres décadas. Y ese odio que tanto proclaman ya no nos sirve… como argentinos y argentinas, como latinos y latinos…y -simplemente- como seres humanos.
El mismo problema que pasa acá, pasa en todo el mundo. La pandemia ha revelado la hipocresía que reina en el planeta. Y no es posible. No puede ser. ¿Cómo vamos a seguir viviendo así?
La Unidad Latinoamericana ha de construirse desde lo político, pero también desde lo social. Los enfrentamientos que tenemos entre hermanos no tienen lógica propia, sino más bien una ajena. Una que busca mantenernos separados.
La xenofobia, la comparación para disminuir al otro. Siempre buscando estar distantes cuando es más lo que nos une que lo que nos separa. La versión más cerca a este mecanismo es lo que propone el Grupo de Lima, una especie de TCL disimulado.
El Grupo de Lima y su propósito disruptivo
Desde su creación en el año, el Grupo de Lima parece tener un papel más disruptivo que de unidad dentro de latinoamérica. Es que el único punto de conversión real son el neoliberalismo y la idea de destruir la Venezuela de Maduro a través de una batalla cultural e -incluso- a través de una invasión armada.
El Grupo de Lima tiene su lógica de existencia en Venezuela. Argenzuela. Chilenzuela. Ecuadorzuela. Todos términos que buscaron justificar un accionar de derecha cargado de tantas irregularidades democráticas como las que denuncian en dicho país.
El Grupo de Lima (abreviado en ocasiones como GL), es una instancia multilateral que se estableció tras la denominada Declaración de Lima, el 8 de agosto de 2017 donde se reunieron representantes de catorce países con el objetivo de dar seguimiento y acompañar a la oposición venezolana para buscar (una supuesta) salida pacífica a la crisis en Venezuela.
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Lo más fuerte es el poco interés real por la gente. Porque Venezuela no importa. Esa es la triste realidad. Venezuela es el mal ejemplo, de un país que se revela a lo que dice el poder central. Y nos guste o no, en lo personal no me atrae Maduro, es la triste realidad. Porque ningún país puede sobrevivir a un bloque económico continúo de Estados Unidos. Intentos de invasión. Bloqueos por parte de todos sus vecinos. Ya lo vimos con casi 6 décadas en Cuba. Y la discusión Comunismo o Capitalismo, se encuentra lejos de ser real.
El Grupo de Lima representa el regreso a los años 70´s, con una especie de pensamiento lógico militarista y ajeno a los tiempos que corren. Es el renacimiento de la tan lucrativa idea de la Guerra Fría.
La premisa que debemos restaurar: «Unión latinoamericana, más necesaria que nunca»
Por ello, entre otras razones, Latinoamérica necesita unidad y debe conformarse desde México hasta Argentina, pasando por la Chile de Piñera hasta la Venezuela de Madura, incluyendo al Brasil de Bolsonaro hasta el progresismo de Nicaragua. Ya lo decía el Martín Fierro:
Un continente con todos los recursos necesarios para ser un verdadero bloque económico pujante a nivel mundial, vive sus miseras por la falta de Unidad. ¡Ojo! Dentro del mismo hay miles de responsables. Malas decisiones. Carencias de ideas y creatividad. Pero sobretodo, reina el odio como motor social.
No es posible que toda propuesta económica que proponga algo distinto a lo que la Unión Europea o EE.UU dirimen, sea tajantemente perseguida o incluso destruida. Ya lo vimos en 2015 con el BRICS y su intención de incorporar a la Argentina dentro del acuerdo económico más innovador de la historia reciente.
Uno donde Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica (los principales puertos del planeta) buscaban incorporar a la Argentina y Australia dentro de un bloque económico que hasta proponía tener su propia moneda. Causalmente, el neoliberalismo volvió a Brasil en 2016 luego de un Golpe blando contra Dilma, tras una campaña electoral denunciada en los Juicios de Londres, Mauricio Macri trajo el neoliberalismo a la Argentina en 2015 tomando la Deuda Externa más grande de la historia del Fondo Monetario Internacional. Chile comenzó a ser el modelo (uno que hoy se desmorona por su desigualdad). Y el mismo fenómeno se dio en Ecuador, Perú, Colombia, México, entre otros países del continente. Nada es casual.
Frente a un mundo en decadencia, la Unión Latinoamericana, es más necesaria que nunca… porque nos están devorando los de afuera.
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